miércoles, 9 de octubre de 2019

Motivos de ruido de las estufas de pellet.

En el mercado, nos podemos encontrar una gran variedad de estufas silenciosas, entre las que se encuentran las llamadas estufas de convección natural. Por ejemplo, podemos encontrar la estufa Nature 12 de FOGOSUR, sus principales ventajas son que es totalmente ecológica, puesto que funciona sin necesidad de conexión a una red eléctrica y por dicho motivo no genera apenas ruido y no tiene la necesidad de un servicio técnico tan asiduo.

Sin embargo, existen también modelos "híbridos", en este caso podemos encontrarnos los modelos Silence tanto de 9 como de 11 kW de la marca EVACALOR.
Dicha estufa puede funcionar de ambas formas, es muy silenciosa gracias al funcionamiento continuo del motor tornillo sinfín que ofrece un silencio máximo, sin embargo, ofrece al usuario la posibilidad de activar la ventilación forzada, lo cual generaría el ruido de una estufa normal, pero, calentando la estancia en menor tiempo que una estufa de convección natural simple.


Nature 12
Silence



Nivel sonoro generado por una estufa de pellet.

Por su elaboración, no podemos evitar que una de estufa de pellet genere ruido. 
En el mercado actual existen marcas que disponen de modelos "silenciosos", pero por supuesto, hablamos de niveles de precios más elevados.

Entonces, al igual que no podemos evitar el que se generen cenizas por motivo de la combustión, tampoco podemos evitar el que se produzca ruido, y esto, es debido al funcionamiento de las piezas.

Tengamos, principalmente, en cuenta las siguientes:
  • Tornillo sinfín de alimentación.
  • Convector de ventilación.
  • Extractor de humos.
Ahora bien, si sospechamos que nuestra estufa genera más ruido de lo que nos gustaría, y en función de distintos factores, podemos revisar varios puntos para determinar el motivo.



Motivo 1

Modo de funcionamiento

Hoy en día, para una mayor comodidad del usuario, estos equipos vienen programados con los siguientes modos de funcionamiento: Automático y Manual.

  • Modo Automático.
El modo automático ofrece una gran simplicidad de uso, ya que sólo tiene que programar la temperatura de confort, encender y apagar la estufa. La estufa se regula ella sola según la temperatura programada.
Habitualmente, esta modalidad genera ruido en sus primeros momentos de funcionamiento.

El principio de funcionamiento es muy simple; se programa una temperatura de uso (23ºC, por ejemplo) y no tenemos que tocar más la estufa. Ésta se pondrá a su funcionamiento máximo hasta alcanzar dicha temperatura cuanto antes. Una vez alcanzada, se pondrá a temperatura mínima mientras no detecte que la temperatura haya bajado de los 23ºC programados anteriormente.


  • Modo Manual.
Este modo, realmente, es el más adecuado para optimizar el funcionamiento de una estufa, tan solo el usuario debe de conseguir los hábitos de uso adecuados.
Se entiende que muchos usuarios, por temor a "descontrolar" su estufa, evitan manipular los controles. Hay que tener en cuenta que estos controles (encendido y apagado, subir y bajar potencia, ajustes de fecha y hora, programación diaria...) está precisamente pensados para que el usuarios lo manipule; con lo cual no plantean mayor problema, son controles fácilmente recuperables.

En este modo manual, es el usuario quien "manda" sobre la estufa y su funcionamiento. La mayor ventaja de este modo, es que es el mismo usuario quien decide cuando aumentar la potencia de la estufa o cuando disminuirla. 
De esta manera, el usuario decide cuando la estufa hará mas ruido.

Es cierto que generalmente un usuario enciende su estufa cuando nota que hace frío. Sin embargo, esto puede ocurrir fuera de los días predispuestos a ello.

Ahora bien, es interesante aprovechar una propiedad física del calor: la acumulación. Siempre y cuando no tengamos pérdidas (huecos y lugares por donde pueda escaparse), el calor se va acumulando en la estancia (y según la infraestructura de la vivienda, se irá repartiendo en mayor o menor grado).

Así, gracias al modo manual, y anticipándonos a las horas de mayor frío del día, nada nos impide encender nuestra estufa a una potencia media, o incluso baja, para que tengamos ya el calor "preparado" antes del momento de mayor frío. 

Por supuesto, también podemos aprovechar la potencia máxima en cualquier momento. Incluso en el momento del encendido, si el ruido generado no es un problema en ese momento.

Jugando con las potencias, tenemos el poder de elegir cómo queremos calentar nuestra estancia:
  • en un tiempo más prolongado y poco a poco.
  • en un tiempo más corto y a plena potencia.
La única desventaja que puede presentar este modo, es el estar más pendiente de subir o bajar la potencia manualmente según las necesidades.


Motivo 2

Dimensionado de la estufa

Sin el modo manual necesitamos mantener la estufa siempre a potencia máxima o a mínima, es que tenemos un problema y hay que tener siempre presente que tan malo es el exceso como el defecto.


Estufa sobredimensionada (demasiado potente)
Muchos cometen el error de querer una estufa muy potente, más potente incluso de lo que necesitan.
Hay que tener en cuenta que incluso a potencia mínima, las estufas mayores pueden llegar a generar la potencia máxima de otras estufas menores.

Esto significa que una estufa mayor, incluso a potencia mínima, puede calentar demasiado y obligar al usuario a abrir ventanas o estar constantemente encendiendo y apagando la estufa (lo cual puede provocar problemas de funcionamiento).

Estufa infradimensionada (de potencia insuficiente)
Por otro lado, una estufa menor puede quedarse corta en potencia y nunca llegar a calentar suficiente. Una manera fácil de comprobar esto es comprobar en modo automático si llega a la temperatura programada (los 23ºC comentados anteriormente). Si la estufa no llega a esta temperatura, siempre estará funcionando a potencia máxima.
De esta forma, consumirá mucho combustible pero no llegaremos a aprovechar el calor generado.

Así pues, es importante el asesoramiento profesional adecuado antes de la adquisición de un equipo térmico.
Se pueden dar todas las explicaciones técnicas posibles, pero tan sólo cuentan dos principales: Potencia Máxima y Potencia Nominal.

Lo que realmente nos interesa saber, es entender que los cálculos teóricos nos pueden dar una necesidad calorífica de 9kW, pero no por eso vamos a necesitar una estufa de 9 kW de potencia, sino de más.

Cualquier ficha técnica de estufas diferencian estos dos conceptos:

¿En qué se diferencian estos conceptos?
Potencia Máxima    =   potencia máxima que la estufa es 
                        capaz de quemar a la hora

Potencia Nominal Máxima   =   potencia máxima aprovechable y 
                                                                                que se nos va a salir por el frontal de la estufa (a la         hora)

Ejemplo de unas potencias reales:


El ejemplo de la primera potencia (8 kW), nos indica que esa estufa tiene una potencia máxima de 8,6 kW.

Un dependiente sin formación defenderá que son casi 9 kW, y un usuario inexperto entenderá que es una ventaja. Pero si tomamos en cuenta los datos técnicos facilitados por el fabricante, la potencia nominal, o sea, lo que aprovechamos realmente (a potencia máxima), son 7,2 kW.

Echando mano de los cálculos teóricos, nos encontramos con los siguientes datos:

8,6 kW nos cubrirían 67 m2 (aproximadamente)
8 kW nos cubrirían 62 m2 (aproximadamente)

7,2 kW nos cubrirían 56 m2 (aproximadamente)

Con lo cual, si deseamos calefactar 65 m2, no nos podemos limitar a una estufa de 8,3 kW sino a una que nos dé potencia en su potencia nominal. Según la tabla de aquí arriba, la de 10 kW sería la mínima que nos podría dar ese servicio.


Motivo 3

Suciedad

Como en toda maquinaria, los componentes mecánicos se van desgastando. En caso de las estufas
de pellet, las cenizas, aunque no lo veamos, se van incrustando por todos los huecos que pueden alcanzar.
Además de esto, la acumulación de cenizas en distintos componentes, en paralelo con las altas
temperaturas producidas por la combustión, puede provocar que las cenizas se compacten en ciertos
puntos. Si esto ocurre en las aspas del extractor, por ejemplo, ese aumento de ruido será bastante más
notable.
Lo más prudente, como en varios casos, para evitar reparaciones prematuras y más onerosas, es
apelar al mantenimiento preventivo.

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